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martes, 19 de julio de 2011

SABER AFILAR EL HACHA

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.

El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque.
El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar.
En un solo día cortó dieciocho árboles.
-Te felicito -le dijo el capataz-. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque.
A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.
«Debo estar cansado», pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.
Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad.

Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.
Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento.
El capataz le preguntó: «¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?».
-¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles.
JORGE BUCAY

3 comentarios:

  1. ¡Que bestia! Ése debía ser del pueblo, como si lo viera.
    Gracias por el cuento, ahora entiendo mejor lo que me decías..."Vivere memento", destacaban algunos antiguos relojes de Sol: "acuérdate de vivir". Sería ésta una mejor respuesta para entonces, para Lalybrepensadora.
    Afilar el hacha me parece una gran idea, el reposo fecundo que pone a punto las herramientas alimenta también la creatividad. La verdad es que en su momento me pareció una imagen más guerrera. Ahora, que desde el simbolismo chino (el metal corta la madera) es la caña: te felicito por lo práctico y saludable que es afilar el hacha. Y a Bucay. Gran lección la del momento metal.
    ;p

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  2. La madera es elemento que media entre el agua y el fuego. El eje agua-fuego es el equilibrio básico de la salud física (somos agua caliente, a temperatura constante) y psíquica (el correcto ejercicio de la responsabilidad y la manifestación vital creativa como base de una vida saludable psíquicamente), y la madera es el agua en movimiento hacia el fuego (la decisión adecuada y la generosidad), la transmutación del yin en yang. Si es demasiado rápido agota el agua, y engendra demasiado fuego, demasidas emociones. Además el agua agotada no controla bien el fuego, por lo que se hace difícil lidiar con las emociones relacionadas con la alegría y la tristeza, que a su vez desequilibran todo el sistema psíquico y produce efectos negativos en el inmunológico. El metal, madre del agua, controla la madera. Es lo más yin controlando al yang que inicia su expansión, para que se ajuste a la armonía del cielo. Metal es pulmón e intestino grueso, es decir: confianza, ritmo, raciocinio, sentido de la justicia y desapego.
    Ése momento metal de Bucay sugiere éso, ¿no? Saber afilar el hacha, encontrar el ritmo justo, recuperar la confianza, reflexionar la ecuanimidad en la acción.
    Perdóname si era innecesario explicar éso de que el metal corta la madera, pero he releído el comentario y me parece muy críptico.

    Me gusta éso de afilar el hacha, ¡te lo copio!

    Un besico

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  3. Pues a afilar el hacha cuando sea menester!
    Me gustan tus explicaciones más que a un tonto un lápiz, así que tu disculpa sí es innecesaria.
    Los cuatro arjés combinados...ESTUPENDO!!!

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