Sin embargo, los juicios que durante aquel período de su vida emitió sobre los hombres y los acontecimientos permanecieron siempre para él irrefutablemente verdaderos y con frecuencia le ayudaron más adelante a resolver sus incertidumbres: "Quizás en aquella época era ridículo y extraño -decíase entonces-, pero no tan loco como parecía. Mi inteligencia era más abierta y más penetrante. Y comprendía entonces lo que en la vida merecía ser comprendido...porque era feliz"
(Fragmento de Guerra y paz)
viernes, 10 de diciembre de 2010
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