Esta mañana me sonrió un niño.
Valió la pena estar allí y entonces.
Y vuelvo a vibrar aquí y ahora.
En mi día ya hubo una verdad.
Su risa llegó como una gran certeza,
de esas que hay tan pocas y son tan bellas
e inundan todos los instantes.
Y claro...¡tuve que sonreír yo también!
miércoles, 6 de febrero de 2013
ISLAS CON TESORO
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