Cuando llega el verano, mis pies piden tejido vegetal.
No sudan y se sienten conectados.
Además, se sienten coquetos, porque no hay sandalias iguales y los arropa el calor con que están hechas.
Cuando llega el verano, mis pies piden tejido vegetal.
No sudan y se sienten conectados.
Además, se sienten coquetos, porque no hay sandalias iguales y los arropa el calor con que están hechas.