Una ofrenda trajiste a mi costado.
Era de luz y ámbar. Ríe en su vuelo.
Y brilló en mí un universo cerrado.
De nuevo la gravedad. De nuevo
el campo magnético hace temblar
cada fibra de mi cuerpo ensangrentado.
Todo en mí despierta si tú estás cerca.
Ambiciono, de este mundo, tus manos,
anhelo tu contacto gota a gota,
abriendo cada una de mis puertas,
recogiendo la miel que les regalo.
recogiendo la miel que les regalo.