lunes, 2 de abril de 2012
AHORA...LUEGO
KHALIL GIBRAN , DE LA MUERTE
Entonces Almitra habló, diciendo: Nos gustaría preguntarte acerca de la muerte.
Y él dijo:
Querríais conocer el secreto de la muerte.
¿Pero como podríais descubrirlo si no lo buscáis en el corazón de la vida?
La lechuza, cuyos ojos, hechos para la noche, están velados para el día, no puede descubrir el misterio de la luz.
Si queréis realmente contemplar el espíritu de la muerte, abrid de par en par las puertas de vuestro corazón al cuerpo de la vida.
Pues la vida y la muerte son una misma cosa, como el río y el mar son una misma cosa.
En la profundidad de vuestras esperanzas y aspiraciones duerme vuestro silencioso conocimiento del más allá.
Y como semillas soñando bajo la nieve, así vuestro corazón sueña con la primavera.
Confiad en los sueños, pues en ellos se ocultan las puertas de la eternidad.
Vuestro temor de la muerte es semejante al temor de los pastores cuando se encuentran delante del rey, y este último extiende la mano en señal de agasajo.
¿No se regocija el pastor, a pesar de su temor, de recibir el agasajo del rey?
Sin embargo, ¿no está él más atento a su temor que a la distinción recibida?
Por lo tanto, ¿qué es morir sino exponerse, desnudo, a los vientos y a disolverse en el sol?
¿Y qué es cesar de respirar sino liberar al aliento de sus mares agitados, a fin de que se levante y se expanda y busque a Dios libremente?
Y...
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Qué palabras... Gracias por tejer a Khalil con tanto esmero en tu blog.
ResponderEliminarLa muerte da qué pensar, ¿eh? Es un lugar al que no podemos renunciar a lo largo de este sendero, por lo que la convertimos en ése lugar de justificación, donde todo cobra -o debe cobrar- sentido. Es tremenda nuestra fragilidad, y es ejemplar que de ésa consciencia podamos sacar fortaleza.
Lo último que escuché a propósito me gustó, en la película de "El guerrero pacífico". Dice el de la gasolinera que sólo es una transformación, como la pubertad, sólo que un poco más radical... nada por lo que preocuparse; y que no es triste: triste es no saber vivir. La forma de enfocarlo del míster me tocó una fibra profunda.
Pues estoy de acuerdo con el míster. Cuando se sabe vivir...se sabe morir.
ResponderEliminarMi padre también me enseñó eso.