Un fabuloso encuentro en este pueblo blanco, a tiro de piedra de Las Negras, bajo las olmas de la Plaza del Mercado, pintando su cerámica en el taller de Loli, de azul, verde, marrón y amarillo, los colores de las tierras de Níjar.
Compartir en vivo siempre es mejor, aunque estos encuentros demuestran que Internet ha ayudado mucho en la divulgación de la cultura del esparto. También se comparte, aunque en diferido. Las personas que conoces te lo dicen. Ayuda. Y mucho.
En vivo siempre es mejor. Y puedes, por fin, conocer y charlar con personas que admiras. Y después de conocerlas, todavía las admiras más.
Ha sido un lujo poder ver la belleza de las obras de la exposición, especialmente las de Juan Javier y Joaquín. Una pareja de artistazos, con una estética que me ha enamorado.
Sin olvidarme de las piezas del joven Jesús López Camacho que, si con veintipocos, hace lo que hace, no me lo quiero imaginar jubilado ( yo ya no lo veré), pero si lo imagino, lo disfruto.
He conocido a Carmelo, a Agustín, a Montse, a Andrés, a gente bonita...
Además, en estas reuniones vuelves a ver a personicas que aprecias de verdad, como Pascal y Pepe. Y eso siempre es muy grato.
Escuchar a sabios como Domingo y Pedro es un espectáculo.
En fin, una primera experiencia que merece mi agradecimiento y mi felicitación.
Sólo una sugerencia: la próxima, en otoño.
