Quería compartir con vosotros unas reflexiones, especialmente con los más jóvenes, porque tienen menos experiencia y estas palabras pueden ayudarlos a ver más claro su futuro.
Me preguntan muchas veces por qué me gusta trabajar las fibras vegetales como el esparto o el junco.
La respuesta es sencilla: porque me hace feliz y me acerca a una vida sencilla, en la que necesito muy poco para sentirme llena.
Hay que preocuparse por ser, no por tener, aunque nos bombardeen constantemente con eso de tener, tener, tener para ser feliz. Es una mentira, por muchas veces que la repitan.
Busca llenarte por dentro, no por fuera.
Por ejemplo, lee. Todo lo que leas quedará en ti y eso no puede quitártelo nadie. Será parte de ti para siempre.
No consumas sin necesitar, es un crimen, tiene una huella ecológica descomunal, aunque no seas capaz de verlo. Consume productos locales o, mejor todavía, aprende a cultivar o crear lo que vayas a necesitar, y hazlo siempre con amor.
Amor y humor no pueden faltar en tus días si quieres curar las heridas.
La vida es dura y habrá que ser valiente. Pero es más dura cuando te creas necesidades que no tienes.
Estamos viviendo tiempos de grandes cambios, no solo por esta pandemia que ha confinado a la humanidad, sino por el mal uso que estamos haciendo de las tecnologías (en general), por la insostenibilidad de nuestra manera de vivir y porque prima el negocio frente a la sensatez.
No soy optimista, cada vez será más difícil diferenciar la verdad de la mentira en la red, y cada vez es más fácil saber qué pueden venderte para esclavizar tu tiempo. Nosotros mismos regalamos esa información.
No te vendas, busca la vida sencilla para no necesitar, para poder decidir, para vivir tranquilo, para no tener miedo a perder, para cuidar a la Pachamama, que te alimenta y te cobija.
Estímate y cuida a los demás y todo lo que te rodea. Sonríe y perdona. Rodéate de gente que te sume y aléjate de los que te resten. Fluye, sumérgete en lo que te hace fluir.
Y si, por el camino, te encuentras una pasión, disfrútala.
Esa es la verdadera calidad de vida. Vivir de veras. Todo lo demás, es humo.