Ha nevado. Disfruto en mi rincón
y nada turba el sueño al que me cierno
cuando el tiempo y yo somos eternos...
En cambio, a veces, regreso al dolor.
Mis pies fríos esperan tu calor,
todavía tejo, aún es invierno,
me refugio en el edén y el infierno
que habitan esta clara noche, amor.
Y los brotes estallan en mi entraña
y me cubren de vida y olores fecundos.
Otra luna apasionada, otra luna...
Pero ya no son míos, me hacen extraña
y alejo de mí lo que me ata al mundo.
Razones para volar, mil y una.
martes, 26 de febrero de 2013
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