IMAGINAD CUANTO QUERÁIS. NADIE PODRÁ DECIROS BASTA.

miércoles, 19 de octubre de 2011

SOMOS CICLOS, SOL SOMOS

21 comentarios:

  1. Poema XXVIII de Trilce

    He almorzado solo ahora, y no he tenido
    madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
    ni padre que, en el facundo ofertorio
    de los choclos, pregunte para su tardanza
    de imagen, por los broches mayores del sonido.

    Cómo iba yo a almorzar. Cómo me iba a servir
    de tales platos distantes esas cosas,
    cuando habráse quebrado el propio hogar,
    cuando no asoma ni madre a los labios.
    Cómo iba yo a almorzar nonada.

    A la mesa de un buen amigo he almorzado
    con su padre recién llegado del mundo,
    con sus canas tías que hablan
    en tordillo retinte de porcelana,
    bisbiseando por todos sus viudos alvéolos;
    y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
    porque estánse en su casa. Así, ¡qué gracia!
    Y me han dolido los cuchillos
    de esta mesa en todo el paladar.

    El yantar de estas mesas así, en que se prueba
    amor ajeno en vez del propio amor,
    torna tierra el bocado que no brinda la
    MADRE,
    hace golpe la dura deglución; el dulce,
    hiel; aceite funéreo, el café.

    Cuando ya se ha quebrado el propio hogar,
    y el sírvete materno no sale de la
    tumba,
    la cocina a oscuras, la miseria de amor.

    César Vallejo (1922)

    http://www.youtube.com/watch?v=Htnhd4QXVpA

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  2. Rima XXVIII

    Cuando entre la sombra oscura,
    perdida una voz murmura
    turbando su triste calma,
    si en el fondo de mi alma
    la oigo dulce resonar,
    dime: ¿es que el viento en sus giros
    se queja, o que tus suspiros
    me hablan de amor al pasar?

    Cuando el sol en mi ventana
    rojo brilla a la mañana,
    y mi amor tu sombra evoca,
    si en mi boca de otra boca
    sentir creo la impresión,
    dime: ¿es que ciego deliro,
    o que un beso en un suspiro
    me envía tu corazón?

    Y en el luminoso día
    y en la alta noche sombría,
    si en todo cuanto rodea
    al alma que te desea,
    te creo sentir y ver,
    dime: ¿es que toco y respiro
    soñando, o que en un suspiro
    me das tu aliento a beber?

    Gustavo Adolfo Bécquer

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  3. Soneto XXVIII

    Boscán, vengado estáis, con mengua mía,
    de mi rigor pasado y mi aspereza
    con que reprehenderos la terneza
    de vuestro blando corazón solía.

    Agora me castigo cada día
    de tal salvatiquez y tal torpeza:
    mas es a tiempo que de mi bajeza
    correrme y castigarme bien podría.

    Sabed que en mi perfecta edad y armado,
    con mis ojos abiertos me he rendido
    al niño que sabéis, ciego y desnudo.

    De tan hermoso fuego consumido
    nunca fue corazón: si preguntado
    soy lo demás, en lo demás soy mudo.

    Garcilaso de la Vega

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  4. Soneto XXVIII

    Amor, de grano a grano, de planeta a planeta,
    la red del viento con sus países sombríos,
    la guerra con sus zapatos de sangre,
    o bien el día y la noche de la espiga.

    Por donde fuimos, islas o puentes o banderas,
    violines del fugaz otoño acribillado,
    repitió la alegría los labios de la copa,
    el dolor nos detuvo con su lección de llanto.

    En todas las repúblicas desarrollaba el viento
    su pabellón impune, su glacial cabellera
    y luego regresaba la flor a sus trabajos.

    Pero en nosotros nunca se calcinó el otoño.
    Y en nuestra patria inmóvil germinaba y crecía
    el amor con los derechos del rocío.

    Pablo Neruda

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  5. Canto XXVIII

    Va de mi puño y puño y letra a letra
    surgiendo multitud de instantes.

    Unas veces soy yo, o es mi sollozo.
    Otras veces la estampa de mi padre.

    De pronto, en una vuelta del recuerdo,
    lunas, pájaros, versos niños, árboles,
    hasta que surge acompañando al día
    tu paso junto al mío, hacia la tarde.

    Pero todo es igual, uno y lo mismo.

    El universo se trasfunde y cabe
    en el nombre del hombre que yo llevo
    y en tu presencia adentro, arriba, al margen.

    También lo que sucede y nos sucede.

    Y la serenidad que nos invade
    cuando ya las pasiones amansaron
    en una paz de unción, todo su oleaje.

    Es cierto. Estoy cansado. Es justo ahora
    que bendiga tu sombra
    y que descanse.

    También que llore a orillas del olvido
    y escuche el golpeteo de mi sangre.

    Todo es uno y lo mismo. Tu silencio.
    Mi silencio. Tu voz. Mi voz. El aire
    que acaricia con mano de nostalgia
    toda la historia, amor, de nuestro viaje.

    No se cumple el milagro en una espora:
    se cumple en nuestro vino y nuestra carne,
    y es uno solo el rumbo de los días
    desde el vagido hasta el reposo grande.

    Y un hombre no es un hombre ni su estirpe,
    sino el río, la piedra, el viento, el cauce.
    Y sobre todo, amor, el amor mismo
    con su secreta población de arcángeles.

    Hugo Lindo

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  6. Poema XXVIII

    En el eclipse
    desnudé tu sombra
    impulsiva
    la gravedad
    de anillo lunar
    me atrajo
    como otro canto
    y giré elíptico
    sobre el brillo
    del cautivo punto

    Orlando Planchart

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  7. XXVIII

    Todo hombre tiene dos
    batallas que pelear:
    en sueños lucha con Dios;
    y despierto, con el mar.

    Antonio Machado (Proverbios y Cantares)

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  8. Salmo XXVIII

    Amor me tuvo alegre el pensamiento,
    y en el tormento lleno de esperanza,
    cargándome con vana confianza
    los ojos claros del entendimiento.

    Ya del error pasado me arrepiento;
    pues cuando llegue al puerto con bonanza,
    de cuanta gloria y bienaventuranza
    el mundo puede darme, toda es viento.

    Corrido estoy de los pasados años,
    que reducir pudiera a mejor uso
    buscando paz, y no siguiendo engaños.

    Y así, mi Dios, a Ti vuelvo confuso,
    cierto que has de librarme destos daños,
    pues conozco mi culpa y no la excuso.

    Francisco de Quevedo

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  9. Uróboros levógiro y un XXVIII bajo la Luna de una pirámide invertida... La embarazada que sostiene el Ojo no mantiene la mirada. Al fondo cuatro cipreses familiares, dando Testimonio. El cielo tiene una apasionada simetría con el suelo del bermejo al mandarina. Tan sólo la blanca franja de la claridad nos advierte de un próximo amanecer, y conduce el cuadro. Luna blanca, córnea blanca, blanco vestido en la blanca claridad de la mañana.
    Mmmm...
    ¿Es un deseo puro, una promesa, que no llega a hacerse realidad?

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  10. Guaaaaau, 9 comentarios alucinantes todos. Vamos por partes:
    Comentario 1: ¡Qué tremendo me resulta siempre Vallejo! Y qué cercano...
    La verdad es que todo está más rico cuando se comparte. Como las palabras.

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  11. Comentario 2:
    El amor es inmenso e ilimitado, y se ama de muchas formas, todas bellas.

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  12. Comentario 3:
    Muda quedo.

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  13. Comentario 4:
    Bellísimo Neruda! Grano a grano, palabra a palabra...

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  14. Comentario 5:
    Me ha encantado Hugo Lindo. Lo descubro!!!
    Y me asombro.
    Que nada me quite mi capacidad de asombro!
    Gracias!

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  15. Comentario 5, otra vez:
    Me acordé de Vicente Medina:
    CANSERA

    ¿Pa qué quiés que vaya? Pa ver cuatro espigas
    arroyás y pegás a la tierra;
    pa ver los sarmientos rüines y mustios
    y esnüas las cepas,
    sin un grano d’uva,
    ni tampoco siquiá sombra de ella...
    Pa ver el barranco,
    Pa ver la laera,
    Sin una matuja... ¡pa ver que se embisten,
    de pelás, las peñas!...
    Anda tú, si quieres,
    que á mí no me quea
    ni un soplo d’aliento,
    ni una onza de juerza,
    ni ganas de verme,
    ni de que me mienten siquiá la cosecha.....
    Anda tú, si quieres, que yo pué que nunca
    pise más la senda,
    ni pué que la pase, si no es que entre cuatro,
    ya muerto, me llevan.....
    Anda tú, si quieres.....
    No he d’ir, por mi gusto, si en crus me lo ruegas,
    por esa sendica por ande se jueron,
    pa no golver nunca, tantas cosas güenas...
    esperanzas, quereres, suores...
    ¡tó se jue por ella!
    Por esa sendica se marchó aquel hijo
    que murió en la guerra.....
    Por esa sendica se jué la alegría...
    ¡por esa sendica vinieron las penas!...
    No te canses, que no me remuevo;
    anda tú, si quieres, y éjame que duerma,
    ¡a ver si es pa siempre!... ¡Si no me espertara!...
    ¡Tengo una cansera!...

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  16. Comentario 6:
    Muy sensual

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  17. Comentario 7:
    Incomparable!

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  18. Qué viejo bribón entrañable este Quevedo!
    A veces no hay engaño sino equívoco. Existen tantos mundos como cerebros que intrepetan.

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  19. Comentario 9:
    Es el símbolo de que todo nace y muere una y otra vez.
    Los cipreses simbolizan la muerte, mientras que uróboros es sostenido por una mujer, símbolo engendrador de vida, cáliz que recibe, la forma triangular es un recibidor-dador, con su luna, y con su XXVIII (ciclo lunar y femenino).
    Todo es cíclico. Y los ciclos se conectan.

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  20. Aunque no lo parece, lo había interpretado justo justo justo justo justo justo... así. ;-) El subconsciente siempre a flor de piel. El XXVIII se va sugiriendo en la estructura general del cuadro, por ejemplo en ésto: la mujer que sostiene y el Ojo-Uróboros crean una composición unificada también por el color blanco que parece la cifra 7. La Luna, el ciclo femenino, el 7 (en algunos sentidos el número de la virgen, la mujer pura), el color blanco, incluso el embarazo (conectando la realidad exterior con la derecha y la interior con la izquierda). El triángulo invertido como "V" receptiva, vaso-vagina-vientre. Es perfecto. Si quieres la Luna es el signo matemático de multiplicar y los cipreses el 4. 7x4=28... Es fantástico a muchos niveles, inclusive el uso del color a través de la simetría cielo-tierra. Lo interno y lo externo, lo que está arriba y lo de abajo. Tu audacia con el simbolismo me lleva SIEMPRE muy muy muy lejos... Ya sabía de lo capaz que eres, tanto que reinventas mi propia narrativa interior con cada cuadro... (el de la biblioteca me lo he "descargado", jajaja)
    Lo que no me cuadra es la mirada de ella, que sale del cuadro, que va hacia la izquierda (buscando un recuerdo), y que la hace desaparecer de la intensidad del instante. La vuelve ausente de lo que ella misma participa.

    Por cierto...¿Te he dicho que me encanta?

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  21. No todo es redondo siempre, ¿verdad?.
    La vida se contonea, una de cal, otra de arena.
    Aceptar eso ayuda a sonreir.
    Como tú, que siempre me sacas una gran sonrisa :D

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