Lo tengo claro: en la próxima vida seré Fijador... Es que cuando me fijo, me fijo fijo, oye. De hecho, desde ahora mismo voy a llamarme en secreto Fijóse, El Que Llegó A Fijarse En Sí Mismo, fíjate por dónde. Y el día que me ponga bruto, me podré también un par de prefijos y sufijos, o más, como "Para-Lid-Antes", o musicalmente "Re-Baja-Do". Ya basta de chistes malos. La frase de Benedetti podría servirle de apostilla al propio Einstein, incluso para explicar la paradoja de los dos gemelos prescindiendo de los dos gemelos. Por cierto (aunque no viene a colación, es una frase suya que me encanta), dijo: "Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos..."
Me encanta la gente que no se conforma con lo que le dicen y busca más allá. Tus chistes no son malos, jejeje. Qué buena frase con la que terminas. Gracias
"El intercambio es faaascinante. El trueque es el mejor sistema." Dª Eulalia Facunda Olalla Verbosa Parlera y Dicharachera Locuaz Martínez y Tomás (2-Mayo-2011 a 4-Febrero-2012) Opino igual que tú, reina. Gracias por un regalo así. Es muy original, y lo aprecio mucho. El intercambio es necesario cuando aspiramos a metas de plenitud y felicidad. Sólo podemos complementar nuestras limitaciones con ayuda de los demás, me parece a mí. En mi opinión, salir de uno mismo para encontrar a tu semejante e incorporarlo dentro de ti es un acto lleno de complejidad, pero puede ser también una fuente de belleza, de bien y de verdad. Un acto de confianza que necesita dos partes, como la cera necesita una mecha para convertirse en vela, e iluminar. En ese intercambio los dos ganan: se convierten en luz, calor, vida... Gracias otra vez, Laly
EL TRUEQUE ES EL MEJOR SISTEMA. Y cuando cada uno ofrece lo que tiene con el corazón, con ilusión, y es recibido igualmente, puedo asegurar que no existe un sistema mejor.
Trueque es un nombre bonito, it's true! ¿Qué? Suena a trato sin treta, un trisílabo pero trocaico y trufadillo... Incluso un antisistema como yo está convencido de querer jugar en esa liga. Aunque lo de antisistema depende del día, claro. A veces soy muy conversador, digo conservador. Gracias por trocar estos trocitos de corazón.
Jejeje! Eres único! Nos ha dejado hace poco Wislawa Szymborska. Ahí dejo una de sus guindas como agradecimiento:
Vietnam
Mujer, ¿cómo te llamas? -No sé. ¿Cuándo naciste, de dónde eres? -No sé. ¿Por qué cavaste esta madriguera? -No sé. ¿Desde cuándo te escondes? -No sé. ¿Por qué me mordiste el dedo cordial? -No sé. ¿Sabes que no te vamos a hacer nada? -No sé. ¿A favor de quién estás? -No sé. Estamos en guerra, tienes que elegir. -No sé. ¿Existe todavía tu aldea? -No sé. ¿Éstos son tus hijos? -Sí.
Ufff... Nena, qué deprimente. La realidad, oscura y cruda, de una de las peores cosas que podemos hacer los unos con los otros. Si la guerra es una de las mayores desgracias, en consecuencia la paz en una de las mayores bendiciones. Me reafirmo en mi camino... ¿gracias?
Sí, la guerra es deprimente. Y no es verdad que gane nunca nadie. Pero me encantó la certeza de la maternidad.
Una madre siempre hace lo inesperado para proteger a sus hijos, aunque a veces se excedan...
A ver qué te parece la siguiente reflexión de la escritora polaca:
Las tres palabras más extrañas
Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
Me gusta. Palabras extrañas para pronunciar, desde luego. Me lleva a reflexionar sobre otros absolutos: Dios, Realidad, Color, Yo... El cuento que pusiste de Borges sobre la palabra de poder, me parece el resumen idóneo de esta línea de pensamiento.
Al final lo he publicado, me pareció deliciosamente bello. Las matemáticas tienen algo especial para mí. Pincha en la ecuación y verás a lo que me refería.
Hummmmmm... Con el pedazo de ecuación que he encontrado por ahí -yo no sería capaz de alumbrar algo así-, la brillante ligereza que desprende, y no puedes ver la gráfica que sale al representarla porque el cacharro te boicotea. Mátalo. (...pero que parezca un accidente)
Porque te voy a ver tal vez mañana y porque aún palpita aunque dolido el tiempo por un instante pacto con mi historia puedo al fin dar tu rostro a este abandono poner mi nombre a aquél que desangraste llamar mi vida a este naufragio saber que fue todo verdad tu amor y fue tu desamor verdad del todo eras tú quien me alzaba de la sombra y hecha sombra impensable eras tú quien me hería confieso que te quise salvadora o maligna mi esplendor o mi muerte eran tu ministerio y yo te amaba en todos tus poderes todo lo supe fue ese abismo el que quise y hoy todavía para mí ya no hay mañana sino por la violencia con que espero por mi bien o mi mal volver a verte una vez más una sola vez más siempre una sola siempre una misma vez más.
Unos 15, creo. Mil años arriba o abajo... ;) Qué bueno es Tomás Segovia, ¿eh? Es mi nuevo maestro favorito. Qué intensidad, qué agresiva lentitud. Regatea entre palabras sin obrar filigranas, las desabrocha y abraza así, tan menudas y vacías, apretándolas sin forzarlas. LLevo tiempo dando tumbos con la poesía mística, y él se instala incómodamente humano en esa línea, embarazosamente humano para mí. Será que el amor todo lo transforma en perfecto, digo yo; todo lo purifica. ¿No? No sé... ¡Me encaaaaanta! Ése concierto de Beethoven sirve como puente para uno de los pasajes más impactantes de Milan Kundera en La insoportable levedad del ser. No es un Réquiem, o tal vez sí, de una manera muy del romanticismo alemán. El Destino juega entre los hombres agitándolos como una hoja en el viento; a veces hay que tomar decisiones de peso, ser graves, caer, porque es lo que tiene que ser, sencillamente. Un gran concierto... una valiosa lección.
Siiiiiiii... Ser agudo, ni demasiado recto ni, desde luego, obtuso; que es la tarea que, mayormente, suelo acometer, para desgracia mía y pesar de los que me rodean. Más allá de un agudito no grave está también el esdrújulo, pero como ya casi todo el mundo sabe odio los esdrújulos. Son el pésimo túmulo de tórridos términos que, cínicos e hipócritas o imbéciles y gárrulos, mas nunca espontáneos, me deján más que atónito: víctima exánime, lívida y pálida de su estólida y anélida fonética. Por cierto que sólo se salva la libélula... Me gusta lo que dices, no creas, me recuerda a Chesterton, cuando aseguraba que los ángeles pueden volar porque se toman a sí mismos a la ligera.
Fluye con el ritmo, la base, la palabra, éso es el flow...
Disculpa, Laly: ¿No debía empezar el título de la entrada por "A"?, o es que me he despistao...
ResponderEliminarQué gran tema de Fito, vaya que sí.
¡¡¡Eres un encanto de hombre!!!
ResponderEliminarHas demostrado ser un hacha! Jejejeje!
Pues sí, gran amigo.
Es un verdadero placer que sepas mirar tan bien!
Lo tengo claro: en la próxima vida seré Fijador... Es que cuando me fijo, me fijo fijo, oye. De hecho, desde ahora mismo voy a llamarme en secreto Fijóse, El Que Llegó A Fijarse En Sí Mismo, fíjate por dónde. Y el día que me ponga bruto, me podré también un par de prefijos y sufijos, o más, como "Para-Lid-Antes", o musicalmente "Re-Baja-Do".
EliminarYa basta de chistes malos. La frase de Benedetti podría servirle de apostilla al propio Einstein, incluso para explicar la paradoja de los dos gemelos prescindiendo de los dos gemelos. Por cierto (aunque no viene a colación, es una frase suya que me encanta), dijo: "Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos..."
Un abrazo
Un homenaje curioso, disfrútalo
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=hZwJ3BZ6gig#!
Y Lisa yéndose de parva con su saxofón, jejeje.
ResponderEliminarMe encanta la gente que no se conforma con lo que le dicen y busca más allá.
ResponderEliminarTus chistes no son malos, jejeje. Qué buena frase con la que terminas. Gracias
Bueno, pues ya tienes el acróstico, campeón.
ResponderEliminar¿Qué opinas al respecto, considerando que también intercambiamos?
"El intercambio es faaascinante. El trueque es el mejor sistema." Dª Eulalia Facunda Olalla Verbosa Parlera y Dicharachera Locuaz Martínez y Tomás (2-Mayo-2011 a 4-Febrero-2012)
ResponderEliminarOpino igual que tú, reina. Gracias por un regalo así. Es muy original, y lo aprecio mucho.
El intercambio es necesario cuando aspiramos a metas de plenitud y felicidad. Sólo podemos complementar nuestras limitaciones con ayuda de los demás, me parece a mí. En mi opinión, salir de uno mismo para encontrar a tu semejante e incorporarlo dentro de ti es un acto lleno de complejidad, pero puede ser también una fuente de belleza, de bien y de verdad. Un acto de confianza que necesita dos partes, como la cera necesita una mecha para convertirse en vela, e iluminar. En ese intercambio los dos ganan: se convierten en luz, calor, vida... Gracias otra vez, Laly
A ti por tu gran reflexión y tu buen ojo.
ResponderEliminarConfianza para iluminar. Me encaaaaanta!
EL TRUEQUE ES EL MEJOR SISTEMA.
ResponderEliminarY cuando cada uno ofrece lo que tiene con el corazón, con ilusión, y es recibido igualmente, puedo asegurar que no existe un sistema mejor.
Trueque es un nombre bonito, it's true! ¿Qué? Suena a trato sin treta, un trisílabo pero trocaico y trufadillo... Incluso un antisistema como yo está convencido de querer jugar en esa liga. Aunque lo de antisistema depende del día, claro. A veces soy muy conversador, digo conservador.
ResponderEliminarGracias por trocar estos trocitos de corazón.
Jejeje! Eres único!
ResponderEliminarNos ha dejado hace poco Wislawa Szymborska.
Ahí dejo una de sus guindas como agradecimiento:
Vietnam
Mujer, ¿cómo te llamas? -No sé.
¿Cuándo naciste, de dónde eres? -No sé.
¿Por qué cavaste esta madriguera? -No sé.
¿Desde cuándo te escondes? -No sé.
¿Por qué me mordiste el dedo cordial? -No sé.
¿Sabes que no te vamos a hacer nada? -No sé.
¿A favor de quién estás? -No sé.
Estamos en guerra, tienes que elegir. -No sé.
¿Existe todavía tu aldea? -No sé.
¿Éstos son tus hijos? -Sí.
Ufff...
EliminarNena, qué deprimente. La realidad, oscura y cruda, de una de las peores cosas que podemos hacer los unos con los otros. Si la guerra es una de las mayores desgracias, en consecuencia la paz en una de las mayores bendiciones. Me reafirmo en mi camino... ¿gracias?
Sí, la guerra es deprimente. Y no es verdad que gane nunca nadie.
ResponderEliminarPero me encantó la certeza de la maternidad.
Una madre siempre hace lo inesperado para proteger a sus hijos, aunque a veces se excedan...
A ver qué te parece la siguiente reflexión de la escritora polaca:
Las tres palabras más extrañas
Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
Me gusta. Palabras extrañas para pronunciar, desde luego. Me lleva a reflexionar sobre otros absolutos: Dios, Realidad, Color, Yo... El cuento que pusiste de Borges sobre la palabra de poder, me parece el resumen idóneo de esta línea de pensamiento.
EliminarBúscalo en google:
ResponderEliminarsqrt(cos(x))*cos(200 x)+sqrt(abs(x))-0.7)*(4-x*x)^0.01, sqrt(9-x^2), -sqrt(9-x^2) from -4.5 to 4.5
;)
???
ResponderEliminarAl final lo he publicado, me pareció deliciosamente bello. Las matemáticas tienen algo especial para mí. Pincha en la ecuación y verás a lo que me refería.
ResponderEliminarhttp://custodioyaprendiz.blogspot.com/2012/02/del-amor-y-las-matematicas.html
Un beso
Mi cacharro no me deja ver el enlace de ninguna manera!!!
EliminarHummmmmm...
EliminarCon el pedazo de ecuación que he encontrado por ahí -yo no sería capaz de alumbrar algo así-, la brillante ligereza que desprende, y no puedes ver la gráfica que sale al representarla porque el cacharro te boicotea.
Mátalo.
(...pero que parezca un accidente)
JEJEJEJE...Me quedo con las ganas...
ResponderEliminarCanciones sin su música
ResponderEliminarPorque te voy a ver tal vez mañana
y porque aún palpita aunque dolido el tiempo
por un instante pacto con mi historia
puedo al fin dar tu rostro a este abandono
poner mi nombre a aquél que desangraste
llamar mi vida a este naufragio
saber que fue todo verdad tu amor
y fue tu desamor verdad del todo
eras tú quien me alzaba de la sombra
y hecha sombra impensable eras tú quien me hería
confieso que te quise salvadora o maligna
mi esplendor o mi muerte eran tu ministerio
y yo te amaba en todos tus poderes
todo lo supe fue ese abismo el que quise
y hoy todavía para mí ya no hay mañana
sino por la violencia con que espero
por mi bien o mi mal volver a verte
una vez más una sola vez más
siempre una sola siempre
una misma vez más.
Tomás Segovia
Es muß sein!
http://www.youtube.com/watch?v=CBPvR5rm-uI
EliminarY siguientes.
Beso!
Ayer estuve en Santa Ana...
ResponderEliminarNunca olvidaré la noche que escuché el Requiem de Mozart en tu casa... ¿Cuántos años ha?
:)
Unos 15, creo. Mil años arriba o abajo... ;)
ResponderEliminarQué bueno es Tomás Segovia, ¿eh? Es mi nuevo maestro favorito. Qué intensidad, qué agresiva lentitud. Regatea entre palabras sin obrar filigranas, las desabrocha y abraza así, tan menudas y vacías, apretándolas sin forzarlas. LLevo tiempo dando tumbos con la poesía mística, y él se instala incómodamente humano en esa línea, embarazosamente humano para mí. Será que el amor todo lo transforma en perfecto, digo yo; todo lo purifica. ¿No? No sé... ¡Me encaaaaanta!
Ése concierto de Beethoven sirve como puente para uno de los pasajes más impactantes de Milan Kundera en La insoportable levedad del ser. No es un Réquiem, o tal vez sí, de una manera muy del romanticismo alemán. El Destino juega entre los hombres agitándolos como una hoja en el viento; a veces hay que tomar decisiones de peso, ser graves, caer, porque es lo que tiene que ser, sencillamente. Un gran concierto... una valiosa lección.
¡Vaya que sí!
ResponderEliminarMuy bueno.
El instinto sabe guiarnos hacia el camino acertado...
ResponderEliminarY sieeeeenta reeeebien dejar de pesar, ser agudo, (es decir, no grave)...
ResponderEliminarY FLUIIIIIIIIIIIIIIIIR.
Siiiiiiii...
ResponderEliminarSer agudo, ni demasiado recto ni, desde luego, obtuso; que es la tarea que, mayormente, suelo acometer, para desgracia mía y pesar de los que me rodean.
Más allá de un agudito no grave está también el esdrújulo, pero como ya casi todo el mundo sabe odio los esdrújulos. Son el pésimo túmulo de tórridos términos que, cínicos e hipócritas o imbéciles y gárrulos, mas nunca espontáneos, me deján más que atónito: víctima exánime, lívida y pálida de su estólida y anélida fonética. Por cierto que sólo se salva la libélula...
Me gusta lo que dices, no creas, me recuerda a Chesterton, cuando aseguraba que los ángeles pueden volar porque se toman a sí mismos a la ligera.
Fluye con el ritmo, la base, la palabra, éso es el flow...
Beso!