LXVI
¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura,
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.
¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas.
En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.
...
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
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Es que es así: un buen caminante no deja huella.
ResponderEliminar¿Por qué cantamos?
ResponderEliminarSi cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos
si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos
si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por qué cantamos
cantamos porque el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos
cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta
cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.
Con los pies voy pisando mis huellas
ResponderEliminary ellas cuentan sus últimos secretos
yo los guardo en el filo del milagro
y empiezo a recordar
la verdad es que ya no puedo
conmigo mismo
una sombra me increpa
siempre he aspirado
a mirarme de lejos
y sin embargo
cada lejos
se va aproximando
hasta ser un todo alrededor
mis huellas
hablan en silencio
sólo yo las entiendo
y me conformo con ese hermetismo
donde cabe media vida.
MARIO BENEDETTI
Y un buen cantante...¿tampoco?
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarNada que está en armonía con la naturaleza tiene aspiración de eternidad, tan sólo de renovación. Por éso me parece acertado aprender a no dejar huella. Regalar cada día un nuevo día, como hace el cielo, como hace el Sol, y ¿por qué no? Una nueva canción. Pero claro que sí, también cada día puede haber una nueva vieja canción...
;)
Feliz Navidad. Ojalá este tiempo también renueve nuestros corazones. Un besico
Feliz Navidad, Jal querido! Llevas razón, todo se renueva... Un abrazo enoooooooooooooooooooooooooooooooooooorme!
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