Se teme mucho al silencio y a la soledad, ¿por qué?, bueno, cada cerebro es un universo.
El mío adora esos raticos, conmigo misma nada más, esté leyendo, soñando, creando, reflexionando...
Las pilas que me llenan de ilusión, pese a lo feo del mundo.
Todo tiene un precio: Marcela, en el Quijote, tiene que apartarse en la montaña, como pastora, para ser libre.
Somos sociales, pero el ritmo occidental hace demasiado ruido.
Gracias por el silencio y la soledad.