Como saben
los que me conocen, soy una enamorada del esparto, esa fibra que fue esencial
en mi ciudad, Jumilla.
Pretendo
acercar el esparto al mundo del arte, para lograr su visibilidad y que las
diversas técnicas para trabajarlo permanezcan vivas.
Organizo
para ello un corro espartero el primer domingo de cada mes. Aprovecho la
ocasión para invitaros a venir, es totalmente gratuito y solemos quedar en
la Casa del artesano o en algún parque para,
además, tomar el aperitivo.
Me encuentro
ahora habitando el esparto en Villarejo de Salvanés, en la Comunidad de Madrid,
con un proyecto precioso organizado por Al fresco. Museos
efímeros titulado, precisamente, #habitarelesparto.
Nunca antes
había estado aquí.
Villarejo
fue un pueblo espartero, de hiladores, como lo fueron Cieza y Águilas en
Murcia.
La residencia
tiene una permanencia de tres semanas, desde el 29 de junio al 20 de julio.
Para
desarrollar los proyectos fuimos seleccionados tres artistas y dos diseñadoras.
Emociones,
creación, travesuras, descubrimiento, reflexiones, sueños…
Algunas de
esas cosas estamos compartiendo en #habitar el esparto.
Los
creadores de esta experiencia y los artistas coincidimos en que el arte
sostenible es necesario en estos tiempos de devastación incontrolada.
Desde una
fibra noble y tenaz como es el esparto hemos ideado nuestros
proyectos.
Al mío lo
titulé ESPARTEDETODOS. ARTE EN ESPARTO y las finalidades del mismo eran muchas.
En primer
lugar, elegí esta residencia porque quería compartir los conocimientos que a mí
me han transmitido, pretendo desde hace más de dos años enseñar las técnicas a
todas las personas que estén interesadas en conservar esta antiquísima
tradición.
También
quiero acercar estas técnicas al mundo del arte, porque con esparto pueden
hacerse verdaderas maravillas.
Por otro
lado, los corros esparteros me parecen muy interesantes: todos nos sentamos en
círculo, podemos ver nuestros ojos, compartimos una pasión, hay gente de todas
las edades, lo cual favorece las relaciones intergeneracionales, tan difíciles
en cualquier otro campo de la vida.
Esta
residencia está siendo toda una experiencia vital:
Todos
llegamos el sábado 29 de junio, mi primer día de vacaciones. Eran las cinco de
la tarde cuando nos reuníamos en La Tercia, un restaurante de Villarejo en la
plaza principal del pueblo que, casualmente, comparte edificio con el lugar
donde expondremos el sábado 20 de julio, de nombre homónimo.
Escribo
desde más allá del ecuador de la residencia, ya solo nos queda una de las tres
semanas.
El primer
día, al poco de llegar, Maru (María Eugenia Zapatero), -que fue quien nos
recibió-, nos dijo que una de las diseñadoras no podía desplazarse a la
residencia por la salud de su madre. Así que éramos cuatro para esta
experiencia.
También nos
dijo que con la casa de campo en la que íbamos a alojarnos, la casa Libertad,
habían tenido un problema y nos teníamos que quedar en casa de otra de las
organizadoras, Esther San Vicente.
Al principio
esto nos cayó como un jarro de agua fría, pero en cuanto conocimos la casa y a
la familia de Esther, nos tranquilizamos bastante.
Éramos,
pues, cuatro residentes:
- Marijose
Recalde, una artista navarra que utiliza para crear materiales reciclados y
vive cerca de Sesma, un pueblo espartero que trabajaba el albardín, así que
pretende aplicar el esparto para realizar libros de artista incorporando el
material, y aprender las distintas técnicas para poder transmitirlas en su
tierra, donde pretende aunar la tradición del pueblo con las mujeres musulmanas
que viven en él.
- Bartolomé
Palazón, un escultor de Fortuna, que llevará una pintura rupestre de Cieza a
una escultura hecha en pasta de esparto, acompañándola de unos paneles que
reproducen las pinturas prehistóricas, cuyas siluetas están cosidas con
esparto.
- Ana Balleste, una
diseñadora de Cabo de Palos, que pretendía realizar sombrillas aplicando tela y
esparto. Pero Ana no vio claro eso de quedarnos en casa de Esther, compartíamos
habitación las tres chicas y también trajo a su perra, Harlem, pensando que
íbamos al campo. La primera noche, Harlem lo pasó muy mal porque se quedó fuera
de la casa y no estaba acostumbrada a eso. Ana se fue a resolver unas cosas a
Cabo de Palos y a dejar a Harlem, y ya no volvió. Estuvo con nosotros cuatro
días. Me pareció muy maja. Iré a verla pronto.
Ahora
comparto habitación con Marijose, mientras que Bartolomé duerme solo. La suerte
de ser el único chico. ¡Enchufado!
Es una casa
grande, con un precioso jardín. Allí es donde trabajamos, rodeados de árboles
como un cerezo, una morera, un almendro, un pruno, un nogal…y rodeados de gente
interesante. Hemos invadido a una familia y ella nos ha invadido a nosotros,
pero creo que estamos encantados. Esther y su marido, Víctor, tienen tres
hijos, Manu, Juan y Martina. Y son la caña.
También
están por aquí, muy a menudo, Maru y María Laura, organizadoras de la
residencia, como Esther, y que nos ayudan en todo lo que pueden. Estamos
compartiendo muy buenos ratos.
Traje mi
hamaca, la que me regaló el “Perrolobo” comprada en Ecuador. Fue un gran
acierto, en ella trabajo con una postura ideal y cómoda. Y tengo un rincón
perfecto, que he hecho mi hogar. Además, hay unas cuantas lagartijas en el muro
de piedra, y eso me gusta.
La primera
noche se celebraba en el pueblo La Noche en Llamas, así que había muchas
actividades y gente por doquier.
Castillo del S, XVI de Villarejo |
Y un gran corro espartero se formó en el centro de la plaza. Eran las Caracitanas de Charly, a las que nos unimos a espartear. Fue un verdadero placer conocerlos. De fondo la banda de música deleitaba los eventos.
En la casa de la Tercia pudimos escuchar LOS SONIDOS DEL ESPARTO, una instalación de Al Fresco en la que te invitaban a sentarte en los frescos sillares a escuchar esos sonidos que el esparto puede producir al viento, o cuando es rastrillado, o en contacto con el agua...
También esa noche Murphy comenzó este grafiti, en homenaje a los hiladores del pueblo.
Continuará...
Ahora os explico un poco en qué está consistiendo el proyecto ESPARTEDETODOS. ARTE EN ESPARTO realizado estos días en Villarejo.
DESARROLLO
DE LA OBRA
La primera
obra con la que me puse fue con el ÁRBOL DE LOS TIEMPOS, se trata
de representar un árbol con raíces y frutos cargados de semillas.
Comencé por
hacer el tronco, es una pleita de quince ramales con ocho
espartos en cada ramal. Después me puse con las raíces, compuestas de recinchos que
van abriéndose en otros más estrechos, intentando imitar los dibujos fractales
que las raíces crean. Lo mismo hice con las ramas. Por último, realicé los
frutos, con punto de filete y dejando los espartos sin cortar.
En este
árbol las raíces representan la tradición, los momentos pasados del esparto y a
esos maestros, ya mayores, que nos han enseñado su saber.
El tronco
simboliza el momento actual, esta misma residencia, luchando para que no muera
esta cultura.
Y las ramas
con sus frutos cargados de semillas representan el futuro, con la esperanza de
que este tipo de encuentros deje huella en las nuevas generaciones y no quede
en el olvido tanto conocimiento.
La segunda
pieza es una mujer con los brazos alzados al cielo. Se llama EL CÁLIZ Y LA
ESPADA, dos símbolos muy significativos para mí a lo largo de toda mi obra. El
cáliz representa lo femenino y la espada lo masculino.
Otra de las
obras consiste en un círculo formado por lagartijas. EL CORRO. Es
un homenaje a esas personas amantes de los dragoncillos. La técnica utilizada
es la de las llamadas puntas, que se usan para decorar objetos de
esparto para otros llamado "punto de dragón". Tienen, además, unos
ojos tejidos con rafia pintada y con la técnica del ganchillo.
La cuarta
obra la he llamado ALICIA CRECE Y MENGUA y consiste en un par
de setas, una más grande y otra más pequeña, para representar ese gran momento
en que Alicia en el país de las maravillas come de la seta en la que está
sentada una oruga con un narguile.
Se han hecho
las bases con pleitas y las caperuzas con punto de filete.
La quinta
pieza es una lámpara con tres aros de pleita, decorada con esparto
picado tejido en espiral, en la parte superior y en la campana para
la bombilla se ha usado el punto de filete. Esta pieza la he
titulado ILUMINANDO EL ESPARTO.
Por último,
además de las lagartijas y los juegos con los distintos colores del esparto
natural, quería añadirle color, pero el tiempo ha pasado muy rápido. Así que he
hecho dos simples lámparas con lana de color que llamaré MEDUSAS, la
técnica empleada es el punto de filete, cerradas con una vuelta de punto
de cofín y otra última de recinchillo.
Han quedado
algunos diseños sin hacer de los que había planeado, pero también hemos estado
haciendo muchas otras cosas, que ya os seguiré contando en la próxima entrada,
porque hay tanto que contar...