La libertad es tan enorme y hermosa
que caben todos los mundos que mido
construyo, arquitecta, el hermoso nido
y la rosa se sueña siempre rosa.
Lejos ya del estruendo de las cosas
desnuda sin el peso del vestido
tramo los hilos del libre tejido
y mana la luz clara y silenciosa
que el universo trajo hasta mi costado
y hace brillar mi interior desbordado
del rayo que no cesa del valiente,
río incansable, verdadero mito
del oscuro que fue lúcido infinito,
de amor puro, relámpago fluyente.
Recibir desnudo el don de la palabra, desnudo el don y yo desnudos, como hijos de un mismo pensamiento: ser hombre, o nada.
ResponderEliminarY, sin vestido, valiente!
ResponderEliminar:)
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