martes, 26 de julio de 2011

FRANCISCO DE QUEVEDO

No me aflige morir; no he rehusado
acabar de vivir, ni he pretendido
alargar esta muerte que ha nacido
a un tiempo con la vida y el cuidado.

Siento haber de dejar deshabitado
cuerpo que amante espíritu ha ceñido;
desierto un corazón siempre encendido,
donde todo el Amor reinó hospedado.

Señas me da mi ardor de fuego eterno,
y de tan larga y congojosa historia
sólo será escritor mi llanto tierno.

Lisi, estáme diciendo la memoria
que, pues tu gloria la padezco infierno,
que llame al padecer tormentos, gloria.

1 comentario:

  1. ¡Guau! Impresionante poema. Quevedo tiene cosas geniales como: "No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa." Así seduce más, podría añadirse. Qué buena elección. Lo he leído tarde, pero con gusto.
    Abrazo!

    ResponderEliminar