viernes, 19 de julio de 2019

NADANDO EN ESPARTO Y BUENA GENTE

Los días han pasado rápidamente en la residencia artística de #habitar el esparto.
El intenso trabajo, las actividades programadas, las no programadas, las visitas, los encuentros... pero no todo ha girado en torno al esparto. Había paréntesis, paréntesis muy agradables. 
Hemos ido muchos días a la piscina. A Marijose le gusta nadar con sus gafas de buceo, y a los niños les encaaaanta que vayamos, sobre todo a Juan y a Martina. 
Manuel, el mayor, curioso como él solo, prefiere cocinar, ha sido el gran chef de esta residencia. Ahora mismo sube un delicioso aroma de algo que está preparando.


Saliendo de la piscina

Marijose hizo juguetes con los niños aprovechando los envases que gastábamos.

Una de las piezas terminada

La artista navarra amalgamando esparto y ganchillo para uno de sus libros de artista.

Pruebas de Bartolomé para decidir el color de la tela que emplearía para dibujar las pinturas rupestres.



El martes de la segunda semana fuimos a Madrid. Y aprovechamos muy bien el día.


Vimos en Matadero una exposición, ECOVISIONARIOS


Comimos de camino al IED, donde nos explicarían sus proyectos sobre esparto los alumnos de Japi.

Una de las ideas de los chavales fue poner esta pleita con resina para ver la posibilidad de fabricar azulejos de esta forma.
Ninguno de los alumnos conocía antes esta materia prima. Han realizado un laborioso trabajo de investigación. Pero les ha faltado visitar Albacete, Ibi,  la Región de Murcia, Villarrobledo... para profundizar realmente en la fibra. 

 Al día siguiente nos quedamos en casa para trabajar un poco Marijose y yo.
Bartolomé tenía que pintar las siluetas de las pinturas rupestres en las telas, pero no se atrevía a hacerlo a mano alzada, así que le pidió a Maru una regla para hacer unas cuadrículas.
Estaba ya muy retrasado y comenzó a angustiarse. Así que decidió que "lo más sencillo" era volver a Madrid, al IED, y que le dibujaran las telas en la máquina láser. Para ello tuvieron que viajar de nuevo Maru y él y pasaron toooodo el día en esa tarea.
Bartolomé ya había decidido que no haría el taller de papel, pero los favores hay que devolverlos. El IED le pidió a cambio que hiciera, precisamente, ese taller. Así que el tiempo para hacer su obra se redujo todavía más y su angustia creció. Un hombre práctico.
También decidió que las chicas, Esther, Maru y María Laura, le cortaran el esparto para hacer la pasta que necesitaba su escultura y para hacer el taller al que se había comprometido.
Hasta los niños cortaron esparto.


Al día siguiente, el jueves, fuimos a conocer Perales de Tajuña. Teníamos mucho por hacer todavía, pero nos dijeron que lleváramos los proyectos para continuar allí.

Allí nos esperaban con los brazos abiertos LAS CARACITANAS DE CHARLY, con quienes compartimos corro y conocimientos y buen rollo, porque es imposible aburrirte con ellos.
Yo no pude adelantar nada porque estuve todo el rato explicando técnicas. Mis compañeros sí pudieron hacer algo y las chicas continuaron toda la mañana cortando esparto para Bartolomé.

Nos prepararon una comida riquísima.
Unos espantapájaros que hicieron los niños y las madres en un cole con LAS CARACITANAS





Después, Esther quiso enseñarnos la huerta de Perales, pero la cara de Maru dice con claridad que el sol picaba un poquillo...




Para completar la visita, nos acercamos a casa de José Luis, el viudo negro, jejejejeje, que es un verdadero artista, tanto con la madera, como con el esparto. Creatividad no le falta.








Al día siguiente recibimos la visita de Patricia, ¡qué alegría! y me trajo esta libélula hecha por ella. Esta mujer es la caña...

Terminando El árbol de los tiempos. Acabando en las raíces.

Libro de artista terminado


Bartolomé seguía seleccionado esparto

Este rincón ha sido mi hogar durante este tiempo. Doy gracias al cerezo y al pino que me han sostenido.