jueves, 18 de julio de 2019

APRENDIENDO JUNTOS EN "HABITAR EL ESPARTO"


Continúo contando cómo se han ido desarrollando las residencias artísticas en HABITAR EL ESPARTO en la localidad de Villarejo de Salvanés.

Antes de conocer a mis compañeros, pensé que todos manejarían algunas técnicas para trenzar el esparto y que podríamos compartirlas. Pensé que era una de los objetivos de la residencia. Pero no era así. Salvo  yo, nadie había tejido la fibra antes. Así que, yo que soy aprendiza, tuve que hacer de maestra, por tanto he actuado todos estos días de guía para que mis compañeros aprendieran algunas de las técnicas que conozco.
En la siguiente foto podéis ver a Marijose, aprendiendo el punto de filete para poder transmitirlo más adelante en Navarra, para que la onda se expanda allí donde haya interés. 


 Por las mañanas solemos recibir la visita de Luis, suegro de Esther y antiguo hilador, que viene a regar su huerta aquí al lado. Es el hombre del sombrero:

La primera obra con la que me puse fue con EL ÁRBOL DE LOS TIEMPOS. En la siguiente foto tenéis el comienzo de éste.


Los niños han formado parte de todo, han hecho libros de artista con Marijose, también alguna cosa con esparto y han ayudado a Bartolomé en su proceso, pues han participado cortando esparto picado para hacer la pasta de papel.

Además han hecho dibujos, igual que Marijose, que nos ha dibujado a todos al natural y velozmente. Martina, la peque de la familia, me hizo el siguiente retrato trabajando:





Los corros en la calle han sido varios, aquí podemos ver una foto del primero que hicimos:







Aquí le explico a Bartolomé cómo comenzar una pleita de nueve ramales, (la más sencilla) para hacer la falta de su futura escultura.

La primera obra estaba casi terminada. Me quedaba coserla a una tela negra para poder exponerla más fácilmente. Además, el negro y el esparto se llevan muy bien.



 Otro de los días hicimos el PASEO FORASTERO, que consistió en ir con los hombres esparteros del pueblo a arrancar esparto y ver los paisajes del esparto de Villarejo.

Aquí tenemos a Luis, un antiguo arrancador y bella persona.

Marijose probaba por primera vez el talí  o collazo, como lo llaman aquí, y sus usos.

Lo mismo ocurría con Bartolomé


José Luis, de Perales de Tajuña nos regaló a cada residente un nido de esparto y unos animales de madera creados por él.


Aquí se cocía el esparto en Villarejo. Era agua de río, corriente. Un agua que, finalmente, acabaría en el Tajo.
Por la noche, volvimos a hacer un corro en la plaza, en las escaleras de la iglesia. Esa noche expliqué cómo hacer una lagartija.
Al fondo de la primera foto podéis ver a Fred y Verónica, esta última vendría el sábado 6 a hablarnos de ecofeminismo en el ciclo de conferencias.
Su hija, Coto, tuvo la genial idea de dejar su lagartija en las paredes de la iglesia. Otros se unieron a la idea y se quedaron algunas lagartijas de esparto formando parte del mobiliario urbano de Villarejo.


 





Al día siguiente volvimos al trabajo. En la foto de más abajo, Marijose crea uno de los adornos de esparto para su primer libro de artista:


Gastronómicamente, no nos ha faltado de nada. Hemos comido hasta gachamiga jumillana. En la siguiente foto podéis ver la arepas venezonalas que nos hizo María Laura Padrón uno de los días.


El mural de Murphy quedó a medias el sábado 29, así que lo terminó a los pocos días. Dejó la siguiente leyenda para agradecer a los mayores del pueblo su labor.




Martina había cogido espigas en el Paseo Forastero y diseñó una corona para cada uno:




Otro de los días conocimos a Domingo Huertes, un gran escultor nacido en Villarejo. En la foto le muestra algunas de sus esculturas a Marijose.

Martina repartiendo sus coronas de espigas de esparto. En este caso, la modelo es Maru, artista bonarense y creadora del nombre de la residencia.

El primer libro de artista de Marijose Recalde

Gran dibujo el que me hizo Marijose en mi rincón de trabajo. También estás Khaleesi, la gatita de la casa, que apenas tiene unos meses. Se me ha olvidado comentar que también compartimos vida con ella y con Max, el perrete de la familia, que tiene menos de un año.
 Bartolomé se pasó los primeros días seleccionando el esparto que había comprado en Cieza y aprendiendo alguna de las técnicas.
Bartolomé aprendiendo el punto de cofín.

Marijose comenzando su segundo libro y experimentando con las técnicas.

Otra de las piezas con las que me puse fue con una lámpara con aros de pleita. Aquí nos la enseña Marijose como sombrero.

Una de las noches, inspirados por Coto, la hija de Verónica, mientras paseábamos, nos dedicamos a repartir lagartijas por el pueblo.
Al día siguiente comprobamos que cambiaban de lugar.
Obra viva. Obra divertida.



Al día siguiente fuimos a una tienda de telas. Aquí vemos a Marijose transportando la tela negra que compré para el fondo de los mosaicos y una mujercita AL FRESCO

 El sábado 6 de julio fue un día intenso.
Comenzamos la jornada con un corro en la plaza amenizados por música medieval y gente maja.
Vinieron LAS CARACITANAS DE CHARLY y tres amigos del CORRO ESPARTERO DE TÓRTOLA (GUADALAJARA)











 



Los amigos de Guadalajara se quedaron a comer para disfrutar de las conferencias de la tarde.

 Pero no todo en estas residencias ha sido práctica, también hemos disfrutado de teoría, como el ciclo de conferencias que se celebró en la Casa de la Tercia el sábado 6 de julio por la tarde.
 






Continuará...